lunes, 7 de mayo de 2012


SUITE 4

Bailarines, música, escenario, magia, sincronización continua, luces, movimientos duros, sutiles, bellos, perfectos, redondos, secos, saltos por el aire y arras del suelo, contact, simultaneidad, caras…

Qué decir del bolero de Ravel, dos veces interpretado pero con dos actuaciones totalmente distintas. Nunca hubiese imaginado los tipos de danza que hicieron con esta obra musical que tanto me gusta.  Es más, me di cuenta de que podemos hacer multitud de interpretaciones, tantas como imaginemos. También se volvió a refirmar mi idea, que sin música las cosas serían la mitad de bonitas, o al menos a mi me llenan la mitad. Pero por fortuna para mí,  casi todas las interpretaciones fueron con música, obras para mi gusto, perfectamente  adecuadas a la danza o viceversa, disfruté muchísimo.

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